29 de abril de 2013

TRIGÉSIMA CUARTA ESCENA

Llego a mi casa más pensativo que nunca. Esta vez debía hacer algo para recuperar mi tranquilidad, y buscar a mis amigos no resolvería en nada mi situación. Decidí levantar la bocina del teléfono para llamar a Hanna. Esta vez no me importó si se encontraba acompañada, si era casada, soltera, si estaba comprometida, o incluso, haciendo el amor. No quise medir las consecuencias de mis actos en este momento de desesperación. ¿Qué clase de situación estaba viviendo? ¿Desde cuándo cometía tantas estupideces al mismo tiempo? ¿Quién vendría a mi rescate cuando me encontrara desangrándome por una pena de amor? No lo sabía, y aunque era cierta mi absurda condición de niño enamorado, y por tanto ciego, decidí seguir adelante con mi reto. Rápidamente marqué a casa de Hanna, el teléfono empezó a repicar una, dos, tres veces mientras yo insistía y mis pensamientos volaban.

   -¿Aló? -por fin me contestaron y para mi sorpresa escuché la misma voz de hombre que había llegado hasta mis oídos cuando fui a buscarla a su casa.
   -¡Maldición! -me dije a mí mismo. Colgué, seguidamente volví a levantar la bocina, repetí la marcación; sucedió lo mismo.
   -Buenas noches, ¿podría comunicarme con Hanna? -pregunté con voz de mariquita acorralado. Por fin la escuché.
   -¿Quién habla? -preguntó ella.
   -Habla Tom, quiero saber si estás ocupada, necesito hablar personalmente contigo, Hanna -repliqué.
   -¿Por qué me llamas a esta hora Tom, se trata de algo muy urgente?
   -No es tan grave, no te preocupes, sólo quiero saber cuándo podríamos vernos, y perdón por llamarte a esta hora -le volví a decir con vocecita de adolescente inexperto.
   -Creo que la próxima semana, y no te disculpes, pero por favor, no lo vuelvas a hacer porque me asustas.
   -Está bien Hanna, gracias y disculpa la molestia.
   -Nos vemos la próxima semana -me respondió muy seria en confirmación de su malestar por mi impertinencia. y finalmente, su poco interés en mí; me sentí el más tonto de los tontos; nunca imaginé que en mi vida me vería involucrado en una situación de ésas. La cabeza me empezó a dar vueltas, mi mente llevaba un mes sin poder concentrarse en ninguna actividad, me miré fijamente en el espejo, y descubrí unas largas ojeras que ponían al descubierto mi falta de sueño y al mismo tiempo, mi estupidez. ¿Cómo podría remediar mi enfermedad? ¿Por qué no había escuchado con tiempo los consejos de mis amigos antes de empezar a ver mi propia imagen totalmente desgastada? ¿Qué pasaría si Hanna me rechazaba? ¿Qué iba a suceder con mi vida después? La cabeza se me llenó de preguntas que nunca podría responder, otra vez me perdí el sueño, empecé a sentirme desesperado Fue una noche tan larga que decidí salir a buscar sosiego para mi alma, me dirigí hacia el bar de David que se encontraba atestado de gente, a pesar de eso me sentí muy solo, mi amigo no estaba. Pedí una copa, me la tomé de un solo golpe, se me acercó una mujer. Se trataba de una prostituta, creo que nunca en mi vida había pagado para disfrutar de alguna, esta vez me sentí humanizado, y acepté su propuesta de irme con ella a la cama aunque no estaba convencido de que no podría tocarle el cuerpo ni tener sexo con ella, sólo necesitaba tiempo para hablar y desahogar mis penas, una mujer como ésas era el sinónimo de mí mismo con la gran diferencia de que yo no necesitaba del dinero para vivir.



Perdón por haber tardado xd

2 comentarios:

  1. Ay Tom como terminaras!!
    Quiero saber qq pasara con Hanna si lo aceptaraa? ..
    Siguelaaa prontoo :D
    bye cuidate

    ResponderEliminar
  2. el amor le está haciendo sus efectos xD
    espero que hanna le acepte
    bye cte:)

    ResponderEliminar

Nos vemos en la siguiente escena.
Gracias :3